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A Dios todos le creemos

Luis Mastroeni [email protected] | Viernes 20 septiembre, 2024

“A Dios todos le creemos, los demás traigan datos”, esta frase es atribuida a Deming, el padre de la calidad total. Creo que no hay una mejor manera de describir de lo que se trata el principio del Accountability (responsabilidad) en una empresa que desea aplicar la ISO 26000. Esta es la norma mundialmente aceptada para que una empresa pase de gestionarse de manera tradicional, a gestionarse en un enfoque de triple utilidad. Está basada en principios y reglas mediante las cuales se gestionan los temas más relevantes (se llaman materias fundamentales).

Este principio debe obsesionar a la empresa. Los datos, la responsabilidad sobre la ejecución, el hacer que las cosas pasen y evidenciar cómo pasaron y qué resultados dieron, son básicos en cualquier gestión de negocio sostenible. Durante mucho tiempo antes de la ISO 26000 este aspecto se les dejaba solamente a las áreas tradicionales de las empresas, pero luego de la introducción de la norma es un básico de la gestión sostenible de negocio.

Se requiere mucho rigor en el día a día de la gestión, pues se trabaja, en muchas ocasiones con intangibles. ¿Cómo es que la gente está mejor cuando las empresas son sostenibles?, ¿De qué forma la comunidad percibe una actuación responsable por parte de la empresa? Asegurar esto es fácil, pero ¿Qué hay detrás?, ¿Dónde están los datos?, ¿En qué se basan para afirmarlo?

De ahí que la norma pide que nos basemos en indicadores robustos, que no solamente se lleven en un excell o software, sino que se pueda dar trazabilidad de todo lo que está alrededor. Esto pareciera ser muy estricto, pero es lo mismo que pasa en otras áreas de la organización. Las ventas no se pueden simular o ante la pregunta de cómo nos fue en el mes, no vamos a decir: “bien, gracias”, ante una Junta Directiva. Lo primero que pedirán son los datos.

La responsabilidad como principio es el aseguramiento de que todo lo que va sucediendo, todo lo que se ha logrado se puede demostrar, se puede evidenciar. Cada persona en la organización debe estar clara de su papel, de sus objetivos y además debe llevar una serie de indicadores que evidencien la gestión del logro.

Ya en muchas ocasiones, algunas empresas han hecho el ridículo por no poder demostrar lo que escriben en sus reportes de sostenibilidad o lo que aseguran ante medios de comunicación. Eso se debe a que no han hecho una labor minuciosa y no cuentan con los debidos procesos de rendición de cuentas y de trazabilidad de los datos.

Este principio no solo es básico cuando se aplica la ISO 26000, se va a convertir en un indispensable en el momento en que los países vayan adoptando las normas NIIF S1 y NIIF S2. La precisión y documentación de los datos será un requerimiento exigido, pues será la única forma de afrontar la debida diligencia o auditoría que permita validar si la organización cumple con lo establecido en las nuevas NIIF.

El accountability ya nos da una visión más clara de que cuando aplicamos la ISO 26000 las empresas empiezan un proceso hacia la madurez de la gestión en triple impacto, pues debe pasar de contar historias sin sustento y debe iniciar la debida documentación, gestión y seguimiento de las acciones que dice que hace.

La clave es empezar a la velocidad de la realidad de la empresa. No se deben establecer compromisos provocados por la emoción o por una idea creativa de un grupo de personas. Hay que asegurarse de cómo se va a lograr, en cuánto tiempo, quiénes serán los responsables, si hay recursos, etc.

Los datos son los únicos que harán que este principio vaya de forma positiva y se logre ir cumpliendo lo que sugiere la ISO 26000. Es importante llevar un software de gestión o al menos, en un inicio, un excell con indicadores claros y robustos que permitan demostrar el cambio que va sucediendo. Pero sobre todo, la organización debe ser consciente de que este tema es tan importante como otros donde siempre hemos dado cuentas con datos y no cuentos sin evidencias.

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