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Cero estrés navideño

Laura Centeno [email protected] | Viernes 29 noviembre, 2019


Hace algunos años atrás pensaba que esta época era para llenar el árbol de regalos para todo el mundo. Amigos secretos, hermanas, amigas, papás y para los hijos, bueno para ellos eran más regalos. Y entre más se les daba, la lista cada año era más grande.

Después de pasar un par de años de vacas flacas, dejar de tener aguinaldo para pagar aguinaldos a otros, marchamo, impuestos municipales y deudas adquiridas, fue que me di cuenta de que anteriormente había gastado mucho dinero en cosas que finalmente dejaron de ser importantes.

¿Para qué billetera de marca? si lo que andaba eran tarjetas de crédito con extra - financiamiento (además me la robaron en el supermercado, obviamente sin efectivo), ¿para qué andar corriendo de tienda en tienda comprando regalos que a lo mejor no eran artículos que fueran a ser apreciados por quien los recibía?

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Es fácil descubrir cuando uno recibe un regalo por compromiso y no porque realmente desee dar algo especial. Así que, durante crisis económica, preparé a mis hijos para decirles, “este año no hay regalos, pero sí hay Navidad”.

Le hice la cruz a todos los centros comerciales, le entregué mi última tarjeta de crédito a mi mamá para que me la custodiara hasta bajar el saldo y traté de enfocar la energía en las tradiciones bonitas de la temporada como decorar la casa, hacer tamales y queques navideños. En ese tiempo donde todos andaban comprando como si no hubiera un mañana, yo estaba horneando galletas tranquila porque ya todos sabían que no iban a recibir nada más que un beso con un abrazo lleno de amor. Enfoqué la energía en lo más importante: la paz.

No se preocupe por listas de compras y verá que la cuesta de enero no será tan angustiosa. Aquí les dejo algunas cosas que aprendí de los tiempos económicos complicados para no sufrir de estrés navideño:

1. Evite los centros comerciales. Si quiere dar algo especial, consígalo en tiendas pequeñas que vendan productos locales, hechos a mano y exclusivos. Así ayudamos a pequeñas empresas y productores y evitamos esos tumultos tan desgastantes.

2. Haga regalos comestibles. Cocinar es divertido y relajante, y regalar cosas creadas por uno tiene mayor valor sentimental. Rompope, tamales, quequitos navideños, galletas y mermeladas en conserva no le caen mal a nadie (a no ser que no pueda consumir azúcar, en ese caso haga sus versiones saludables con Stevia).

3. Evite el uso del crédito y limite el consumo a lo que quede después de pagar las obligaciones y honrar las deudas. Si no queda mucho, pues habrá que conformarse con lo que hay, llegarán tiempos de abundancia en algún momento. Hay que ser realista y optimista a la vez.

4. Analice cuáles cosas realmente necesita y cuáles son solo deseos. Enfóquese en conseguir lo que realmente ocupa y deje los deseos para cuando tenga la solvencia económica para darse lujos. Todo llega a su momento, es cuestión de disciplina y paciencia.

5. Calcule cuánto dinero en promedio recibe por un día completo de trabajo y téngalo siempre en mente antes de comprar artículos que considere caros. ¿Vale la pena ese objeto por todo su tiempo y sacrificio invertido para adquirirlo?

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6. Nunca olvide a los más necesitados. Si esta es una época en donde las billeteras normalmente tienen más dinero, no olvide dar un regalo especial a personas que realmente lo necesitan. Hacer una buena obra por el prójimo siempre deja una satisfacción mayor.

7. Las envolturas. Cuando pasa la Navidad los camiones de basura llevan cantidades industriales de bolsas, cajas, empaques, papel de regalo y lazos rotos. ¿Para qué llevar una caja de zapatos?, ¿para qué gastar en papeles que van al basurero? Si va de compras, lleve sus bolsas reutilizables, no pida envolturas y tómese su tiempo para escribir a mano un mensaje especial para quien recibirá su regalo. Busque formas creativas de envolturas (en Internet y YouTube puede encontrar ideas con hojas y pétalos de flores secas, papel de periódicos viejos, botones, retazos de tela, etc.).

8. Si puede gastar, invierta en momentos especiales. Viajar deja muchas más aventuras y gratos recuerdos que tener el closet lleno de ropa que después pasa de moda y termina regalando.

9. Inculque en su familia el valor del dinero, del trabajo y que aprendan a ser agradecidos por lo que se les puede dar, sin exigencias. Si uno no es consciente de lo que cuesta el dinero y gastamos indiscriminadamente, ellos mucho menos. Se les debe enseñar dando el ejemplo, comprando responsablemente y no por los impulsos de este mundo consumista.

10. No deje de hacer ejercicio, trate de mantener su estilo de vida habitual y espérese a comprarse sus gustitos en otros momentos del año cuando hay descuentos y poca gente en las tiendas. Así uno toma mejores decisiones de compra, con tiempo y relajadamente.


Seamos agradecidos por la familia, la salud y el trabajo y no vivamos frustrados por el dinero ni por las cosas materiales que la sociedad nos vende como “felicidad”. Vivamos esta época para reunirnos con amigos, compañeros, familia y compartamos no solo cosas materiales, sino regalemos tiempo de calidad para disfrutar con quienes más queremos.


Felices fiestas,

Laura






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