FA-PAC. Nos vuelve el alma al cuerpo
Tomas Nassar [email protected] | Viernes 27 mayo, 2016
No entendí, eso sí, que un par de diputados del PAC, que en la curul eran una luz de esperanza, apoyaran tal esperpento antidemocrático
Columna: Vericuetos
FA-PAC. Nos vuelve el alma al cuerpo
Aunque las fracciones del FA y del PAC, cada vez más refundidas en un solo haz, no votaron la moción mayoritaria de condena al oprobioso régimen de Maduro, lo cierto es que por primera vez nos deleitan con su presentación coral contra la injerencia extranjera.
Otro peldaño hacia la transmutación del contenido ideológico de izquierda, otrora relevante, al muy mercantil “quítate tú pa´ponerme yo”, prolegómeno de la total destrucción de las sociedades, la siembra del odio entre hermanos y, claro de la miseria, la prisión, la represión y la desesperanza.
La moción del FA-PAC es una trascendental declaración que no podemos dejar de lado: juntitos votaron en contra de cualquier intervención extranjera en las decisiones que se tomen en Caracas.
Pero qué maravillosa y reluctante postura de los comunistas criollos.
Tomamos debida nota de que el FA-PAC (el primero pastor que guía sus sumisas ovejas) privilegia los más loables sentimientos de respeto absoluto a la voluntad del Soberano, del Pueblo ese mismo que en diciembre pasado decidió en las urnas, pero se inhiben de sugerir a Maduro que acepte y deje de obstruir, como dictadorzuelo, la majestad de su Congreso elegido por una mayoría absoluta de los venezolanos.
Con la sacrosanta exaltación del no intervencionismo, el FA-PAC anuncia una refrescante cascada de buenas noticias para Venezuela, que regocija la democracia más pura y, claro, la autodeterminación de los venezolanos.
No sé si el PSUV inspiró esta declaración del FA-PAC o si es de autoría criolla, pero me es indiferente de dónde procede si las noticias que anuncia son tan edificantes: Se acabó la injerencia cubana, sus militares y asesores de la represión dejan de intervenir y se retiran a expiar su propia mea culpa por todos los improperios que dejan atrás. Se van los rusos y los iraníes. Se cancela la compra de armas y se cambian por pan y papel higiénico. Miles de médicos, ingenieros, educadores cubanos, dejarán de exponer sus vidas en pedestre huida buscando, la frontera del Imperio.
El gobierno venezolano suspenderá el envío de generosos maletines (remember Kirchner) a sus congéneres de Latinoamérica, por la nueva declaración universal de la no injerencia “per tutti”, pero también porque los recursos intervencionistas que financian subversión en otros lares amenazan con agotarse y, claro, hay que ponerlos a buen recaudo en cuentas suizas para compras de jets privados y apartamentos en el corazón del mismísimo imperio. El nuevo amanecer anuncia rebosante el cese inmediato de Petro Caribe, el ALBA, CELAC y todo otro intento injerencista para obtener votos en foros internacionales a cambio de migajas. Y se acaban las remesas a partidos pseudo-comunistas que se sienten tan avergonzados de su propia praxis como no se sentía Villalta cada vez que abandonaba el plenario legislativo cuando la agenda anunciaba algún punto relacionado con Calero. ¡¡¡Habemus referéndum revocatorium!!!
No entendí, eso sí, que un par de diputados del PAC, que en la curul eran una luz de esperanza, apoyaran tal esperpento anti-democrático.
Ceteris Paribus.
Tomás Nassar
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