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La Encíclica del Papa Francisco “Dilexit nos”: Nos amó

Miguel Angel Rodríguez [email protected] | Lunes 04 noviembre, 2024


El Papa Francisco publicó el recién pasado 24 de octubre su Encíclica “Dilexit nos” sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo.

Es una oda al amor de Dios. Al misterio de Su encarnación en Jesucristo para enseñarnos con su vida, pasión, muerte y resurrección los misterios inescrutables del amor que nos tiene, y que lo lleva a dar su vida por cada uno de nosotros. Es una reflexión sobre ese amor que nos deslumbra y fortalece desde el Corazón de Jesús.

Es una encíclica que reconforta e inspira. Que nos mueve al amor personal al Señor y a recibir y traspasar a todos ese amor insondable que brota del Corazón de Jesús.

Esta pequeña reflexión sobre “Dilexit nos” es una atrevida manera de instar al amable lector a disfrutar de este regalo que nos hace el Papa Francisco.

Desde los griegos nos dice el Papa, el corazón es no solo el centro corporal, sino el centro anímico y espiritual. La encíclica señala al corazón como el “centro unificador” que permite “considerar al ser humano no como una suma de distintas capacidades sino como un mundo anímico corpóreo” que “otorga a todo lo que vive la persona el trasfondo de un sentido y una orientación”. Para ello el corazón es la sinceridad, la verdad desnuda y sin tapujos. Es la unidad de la persona a cuyo dominio deben someterse todas sus acciones: su inteligencia para buscar la verdad, la voluntad para querer el bien, los sentimientos y la imaginación para moderar su agresividad y someterse al amor.

El Papa Francisco nos indica que el corazón, “Ese núcleo de cada ser humano, su centro más íntimo, no es el núcleo del alma sino de toda la persona en su identidad única que es anímica y corpórea. Todo se unifica en el corazón, que puede ser la sede del amor con la totalidad de sus componentes espirituales, anímicos y también físicos. En definitiva, si allí reina el amor una persona alcanza su identidad de modo pleno y luminoso, porque cada ser humano ha sido creado ante todo para el amor, está hecho en sus fibras más íntimas para amar y ser amado.”

Desde el Corazón de Jesús se abren para todas las personas los torrentes insondables de Su amor: amor de Dios, amor humano que brota para cada uno de nosotros y fluye en sus incesantes manifestaciones.

“En realidad, hay un triple amor que se contiene y nos deslumbra en la imagen del Corazón del Señor. Ante todo, el amor divino infinito que encontramos en Cristo. Pero además pensamos en la dimensión espiritual de la humanidad del Señor.” Y también en el amor sensible de Jesús, el hijo de Dios encarnado.

“Estos tres amores no son capacidades separadas, que funcionan de un modo paralelo o sin conexiones, sino que actúan y se expresan juntos y en un constante flujo de vida.” En la naturaleza humana y divina de Jesús se unen “el amor sensible del corazón físico de Jesús y su doble amor espiritual, el humano y el divino.”

Partiendo de los evangelios, “Dilexit nos” recorre detenidamente la historia de la Iglesia y la relación de los cristianos con el Corazón de Jesús.

En la antigüedad la recepción del triple amor de Jesucristo se dio por la contemplación de la herida abierta en Su costado. Esa herida es la fuente del incesante flujo de su amor. Pero la mirada de los fieles fue penetrando en la herida para llegar hasta el Corazón de Jesús.

El Papa nos narra cómo los santos y santas de Dios, a lo largo de los siglos, fueron recibiendo la inspiración divina para mejor entender y promover la apertura del pueblo de Dios a los dones del Corazón de Jesús.

Luego en dos secciones centrales la encíclica nos expone los elementos de la devoción al Corazón de Jesús con relación a la vida espiritual personal y al compromiso comunitario y misionero.

De la devoción al Corazón de Jesús en nuestra vida espiritual destaco en la encíclica las luces que nos ofrece para unirnos al sufrimiento y la angustia de El Señor en su pasión para redimir nuestros pecados, y a la vez abrirnos a Su amoroso corazón para ofrecerle nuestro arrepentimiento por medio del Ángel que le da consuelo.

El Papa Francisco en esta sección nos regala fragmentos de la Poesía 23 de Santa Teresa Del Niño Jesús al Corazón de Jesús para mostrarnos su devoción “hecha de amistad y confianza más que de …sacrificios”.

Me permito compartir con Ud. amable lector la estrofa 6 de esa bella poesía

¡Corazón de Jesús, tesoro de ternura,

tú eres mi dicha, mi única esperanza!

Tú que supiste hechizar mi tierna juventud,

quédate junto a mí hasta que llegue

la última tarde de mi día aquí.

Te entrego, mi Señor, mi vida entera,

y tú ya conoces todos mis deseos.

En tu tierna bondad, siempre infinita,

quiero perderme toda, Corazón de Jesús.

Termino este breve comentario sobre Dilexit nos compartiendo tres párrafos de esa encíclica referidos a la relación de la devoción al Corazón de Jesús con la vida comunitaria y misionera

167. Necesitamos volver a la Palabra de Dios para reconocer que la mejor respuesta al amor de su Corazón es el amor a los hermanos, no hay mayor gesto que podamos ofrecerle para devolver amor por amor. La Palabra de Dios lo dice con total claridad:

«Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo» (Mt 25,40).

«Toda la Ley está resumida plenamente en este precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Ga 5,14).

«Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la Vida, porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte» (1 Jn 3,14).

«¿Cómo puede amar a Dios, a quien no ve, el que no ama a su hermano, a quien ve?» (1 Jn 4,20).

168. El amor a los hermanos no se fabrica, no es resultado de nuestro esfuerzo natural, sino que requiere una transformación de nuestro corazón egoísta. Entonces nace de una forma espontánea la célebre súplica: “Jesús, haz nuestro corazón semejante al tuyo”. Por esta misma razón, la invitación de san Pablo no era: “esfuércense por hacer obras buenas”. Su invitación era más precisamente: «Tengan entre ustedes los mismos sentimientos de Cristo Jesús» (Flp 2,5).

217. Lo expresado en este documento nos permite descubrir que lo escrito en las encíclicas sociales Laudato si’ y Fratelli tutti no es ajeno a nuestro encuentro con el amor de Jesucristo, ya que bebiendo de ese amor nos volvemos capaces de tejer lazos fraternos, de reconocer la dignidad de cada ser humano y de cuidar juntos nuestra casa común.

Con afecto y respeto lo invito amable lector, sea Ud. católico, cristiano de otra denominación, judío, de otra religión o ateo, a que se enriquezca espiritualmente disfrutando directamente de Dilexit nos. https://www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/20241024-enciclica-dilexit-nos.html

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