Politizando la Técnica III
Humberto Pacheco [email protected] | Martes 12 mayo, 2015
La reforma fiscal en trámite afecta la IED y la inversión nacional, motores del empleo
Trotando Mundos
Politizando la Técnica III
Reiteramos que en Costa Rica los impuestos son muy altos y que las compañías y los ciudadanos tienen que dedicar parte importante de su año a trabajar de gratis para el Gobierno. Un vistazo cuidadoso muestra una situación aún peor de lo expuesto.
El empresario que arriesga su patrimonio dando trabajo en su empresa, tras pagar el 30% de impuesto de la renta, y cuando quiere usufructuar sus ganancias (sí las hay), debe pagar un 15% adicional por los dividendos, a todas luces una doble imposición sobre el mismo ingreso. Esto lleva su gravamen a 40.5%. Alcen la mano los que piensen que eso es poco.
Agréguense el impuesto de seguridad social- un 34% de su planilla (familias que mantiene)- que sí no empleara y en su lugar cortara cupones, no pagaría del todo; el impuesto de rodamiento desmesurado, que puede pasar de un millón de colones anuales mientras que en países civilizados es una tasa incipiente; los impuestos que agobian la gasolina carísima que consume para sus vehículos de trabajo y el suyo personal; y un “impuesto” descomunal cual es mantener el monopolio del ICE que no deja al sector productivo generar energía menos cara, y el atropello es evidente.
Explicábamos cómo la reforma fiscal en trámite afecta la IED y la inversión nacional, motores del empleo que llevan sustento a más de un millón de familias costarricenses. No se requiere un técnico de NASA para entender que sí las compañías norteamericanas que reciben exenciones tributarias de su país mientras fabriquen en el extranjero, y no repatríen sus ganancias, pierden esa ventaja en el país sede, ya éste no les interesa y se irán para otro. Parece que no quisieron entender el mensaje del Chairman de INTEL cuando se llevó el empleo de mil quinientas familias a Vietnam.
Lo gravísimo es que poco de lo que pretenden es rescatable técnicamente, en un área tan complicada y técnica como lo es la tributaria. Lo poco que es rescatable lo han complicado re-inventando la rueda con sabor tico, con el agravante de que le pasan atribuciones que corresponden al ámbito judicial, a funcionarios administrativos que no tienen ni la capacidad ni la estabilidad ideológica necesaria. De este modo, con graves atropellos al ciudadano, se traen abajo todo el andamiaje legal de un país en el que por siempre ha sido el Poder Judicial el que en última instancia decide la suerte de los costarricenses.
Se trata de darle buen sabor demagógico a la propuesta para que la mayoría caiga en el engaño lírico de que a quien van a grabar es a lo que llaman los ricos. Estos no son otros que los que, en vez de colocar su dinero en bonos del tesoro y cortar cupones, lo arriesgan a viento y marea en un país en el que se han ido perdiendo las condiciones para invertir.
Los impuestos, tarde o temprano, afectan a todos los ciudadanos pues se mueven por la pirámide como lava hirviente descendiendo de un volcán, condenándolos a una igualdad en la que solo son excluidos los políticos con sueldo, carro, gasolina y viáticos a costa de los demás.
Ni que decir los subsidiados de ciertas embajadas extranjeras que ni siquiera pagan impuestos.
(continuará)
Humberto Pacheco A.
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