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¿Qué es Clubhouse y por qué muchos quieren una invitación para unirse?

Mauricio París [email protected] | Jueves 18 febrero, 2021


Para quienes nuestra primera red social fue Hi5, migramos a un Facebook muy distinto del mercado persa que es hoy, vimos surgir y morir a Google+, no entendimos bien de qué iba Snapchat más allá de los filtros de perro, hemos seguido fieles a LinkedIn y resistimos la tentación del TikTok en lo peor de la cuarentena, que nos vengan ahora a hablar de una nueva red social nos despierta el mismo entusiasmo que el inicio de la campaña electoral.

Pero lo cierto es que el nuevo fenómeno social parece estar a la vuelta de la esquina, y ya sea que usted sea un early adopter o quizá un padre preocupado que quiera saber en qué andan sus hijos en el ciberespacio, debemos estar enterados de qué va Clubhouse, la nueva red social a la que muchos aspiran a ingresar, pero pocos lo logran, y que irrumpe despertando dudas sobre el manejo de datos personales.

Digo aspiran a ingresar porque, con la finalidad de darle un aire de exclusividad, sólo se puede entrar en ella con una invitación de alguien que ya sea parte, al menos en esta primera fase. Cualquiera con un iPhone puede instalarla, pero salvo que tenga esta invitación, quedará en una lista de espera de forma indefinida. Esto ha hecho que muchas personas paguen precios de $30 a $50 dólares para comprar una invitación en el mercado negro, aun y cuando la plataforma no cobra por ingresar. Cada usuario que consigue entrar tiene derecho a invitar a 2 personas, y como todo en esta vida, a algunos se les ha ocurrido explotar el FOMO -fear of missing out- y por qué no, el esnobismo puro y duro de otros, y vender estas invitaciones.

¿De qué va todo este rollo? Es algo así como una combinación entre Twitter y un podcast. Es una red social basada en audio, sin fotos, sin videos, en donde la gente ingresa a salas de conversación y se comunica por medio de mensajes de audio. Algo así como el chat familiar, pero con famosos como Elon Musk, el hombre más rico del planeta y entusiasta de la red social, cuya entrevista en días pasados hizo crecer la cobertura mediática como la espuma. De hecho, al escribir estas líneas leo que Musk invitó al presidente ruso Vladimir Putin a una conversación en Clubhouse, y el Kremlin confirmó que el presidente lo está considerando. Otros famosos como Jared Leto u Oprah Winfrey ya son usuarios regulares de la aplicación.

Pero al parecer, el éxito de una red social es inversamente proporcional a su respeto por la privacidad de los usuarios, y todo apunta a que Clubhouse tendrá que hacer significativas modificaciones a sus términos de uso y a la estructura de la app en sí misma, si pretende sobrevivir a las regulaciones en la materia, sobre todo en la Unión Europea.

Uno de los principales problemas de privacidad que tiene la aplicación es el uso de datos personales de usuarios que incluso no sean parte de la red social. Dentro de los permisos que otorga quien la utilice está el uso de su libreta de contactos, que es subida a la plataforma con la finalidad de mostrarle al usuario cuántos contactos en la red social tienen. Es decir, aun y cuando usted no tenga una cuenta de Clubhouse, si alguien tiene su nombre y su teléfono guardado en su libreta de contactos, la aplicación le mostrará cuántos de sus contactos son parte de la red social. Es decir, la aplicación está utilizando, sin su consentimiento, su número de teléfono y su nombre, provisto por quienes sí usan la red social y autorizan compartir esta información. Esto desde luego es incompatible con la legislación de protección de datos personales.

¿Le suena esto conocido? Pues sí, es algo similar al algoritmo de Facebook de “personas que quizá conozcas”, que ocasionó en su momento fallas de seguridad como mostrar la identidad real de prostitutas a sus clientes, sugerir a los pacientes de un psiquiatra hacerse amigos entre sí, o incluso, sugerirle a una esposa amistad con la novia de su esposo, con quien este acababa de casarse (estando casado ya) y tenían una linda foto de perfil. Por el uso de este algoritmo Facebook fue multado en su momento.

Voces muy autorizadas de la industria señalan que estamos frente a una aplicación que podrá cambiar por completo la comunicación. Los usos potenciales de esta red social son muy interesantes para sectores como el periodismo, la educación, la música, la religión o la política, y por ese motivo el número de usuarios crece diariamente (+2 millones actualmente) y la valoración de la empresa ronda los 1000 millones de dólares. Para mantener este crecimiento, pero sobre todo este nivel de inversión, probablemente la empresa deberá ajustar sus políticas de privacidad muy pronto, y adoptar mecanismos de moderación del contenido que le eviten que se convierta en una red de propagación de noticias falsas. Veremos si estamos frente a una verdadera revolución tecnológica o frente a una burbuja de inversionistas. De momento, hay que seguir esperando por la invitación.

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