Zeitgeist
Iris Zamora [email protected] | Lunes 23 diciembre, 2013

Ese espíritu aunque oculto entre la parafernalia de la ostentación y el comercio, sobrevive 2 mil años después del Gólgota
Desde Moncho...
Zeitgeist
En alemán, el espíritu de la época. ¿Cuál es el espíritu de esta época? Ciertamente en la más cercana, esta, de las festividades de fin de año, es la alegría, el descanso, la compañía de los que amamos y nos aman, la solidaridad, el consumismo, los signos externos que marcan diferencia con otros momentos del año, las sonrisas en los rostros es más frecuente, las calles más congestionadas, el olor a los tamales, a ciprés, aromas propios de estas fechas…
Un poco más adentro de nuestras almas, hay signos de ansiedad, de incertidumbre, de enojos, indignación, de irreverencia, de desesperanzas, y esperanzas; deseos de venganzas electorales, de desafío al sistema injusto que han fabricado unos pocos, pero que afectan a miles; de intolerancia frente a la autoridad.
Este espíritu colectivo, el primero no es original de nuestro país. Las festividades en todo el mundo occidental, con diferencias de matices son similares. La Convocatoria la hace el recuerdo de un pequeño niño nacido en un establo, que 30 años después sus palabras rasgan, las creencias religiosas de su pueblo. Desafían a la autoridad religiosa, asustan a los jerarcas del Imperio asentado en su pueblo bajo dominación. Atraen a la multitud sedienta de esperanza, en un mundo de desesperanza. Son los más pequeños de esa sociedad, las mujeres extranjeras o descendientes de su misma Casa, los cobradores de impuestos, los pescadores, los artesanos; los que más se enamoran de sus palabras, de la sencillez y el extraordinario mensaje de sus parábolas, que a veces no entienden sus más cercanos.
Ese espíritu aunque oculto entre la parafernalia de la ostentación y el comercio, sobrevive 2 mil años después del Gólgota, donde inició su resurrección. Fue tan extraordinariamente portentosa su presencia en la Tierra, que dividió la historia de la humanidad en, antes y después de Él.
El segundo espíritu de la época, que comentamos, es el que vivimos con angustia. Presente en todo el planeta. En el mundo cristiano, católico, musulmán, budista, judío, etc. Es el fantasma de la muerte, la guerra, de la confrontación armada, el de la persecución, de la injusticia, la desigualdad, la exclusión, la concentración de riqueza, la pobreza extrema... ¡el del hambre!
Ese espíritu solo será derrotado, si decidimos encontrarNOS en el amor. Una palabra devaluada, usada artificialmente, ligeramente; vacía del contenido real. Tan sencilla y aparentemente insignificante en un mundo de rimbombancias intelectuales y materiales. Ella continúa siendo poderosa, tremendamente liberadora, sencillamente inspiradora, tiene un sinónimo: Jesús.
El papa Francisco nos lo ha recordado, desde el momento mismo que apareció sencillamente ataviado en el balcón de la Sede del Obispo de Roma. Reiterada su conducta de austeridad, de diálogo, de concertación, de acercamiento… ¡igual que aquel carpintero que desafió el statu quo! al Sanedrín; este Francisco ventila la casa, para recordar la misión de la Iglesia Universal, que no es la de la acumulación de bienes, ni la de la ostentación, ni la de la cercanía con el poder político, sino con los que sufren, con la esperanza. ¡Ese, el otro espíritu de la época!
¡Feliz Navidad!
Iris Zamora
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