Aresep prende luz de alerta en servicio de agua potable del de AyA

La Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) prendió la luz de alerta acerca del servicio de agua potable y de saneamiento que ofrece Acueductos y Alcantarillados (AyA) a casi 2,5 millones de habitantes del territorio nacional.

Al analizar su capacidad hídrica se encontraron deficiencias, en el 66% con capacidad reducida, y el 34% ya experimentan estrés hídrico, que son los que están en números negativos. Esto significa que en esas zonas se dispone de menos agua para abastecer las necesidades de la población.

En materia de infraestructura se analizó el estado de las tuberías del AyA, y encontró que de 9.033 kilómetros, hay un 13% en mal estado, la cual el 65% se encuentra en el Gran Área Metropolitana (GAM), aun cuando esa institución recibe el gasto por depreciación, para la debida reposición.

AyA opera en seis regiones del país: Brunca, Central Oeste, Chorotega, Huetar Caribe, Metropolitana y Pacífico Central, y está a cargo de 180 sistemas, donde un 57% corresponde al GAM.

La autoridad reguladora encontró que la cantidad de racionamientos fue intensa durante el año pasado ya que afectaba a gran cantidad de la población abastecida durante periodos largos de tiempo.

Además no se respetaron los horarios publicados por el operador y en muchos casos no se recibía agua por cisterna, que se emplea para abastecer a la población cuando se interrumpe el servicio.

Las zonas más afectadas fueron Coronado, Guadalupe y Salitral, sin embargo, las periféricas no se vieron tan afectadas con la discontinuidad, al disponer de infraestructura que mejoró la dotación de agua, como el acueducto en Atenas.

Al analizar la calidad del agua, se encontró que el AyA cumple con los parámetros físicos, químicos y microbiológicos que se exigen para la mayoría de los acueductos. Solo en Tres Ríos la cantidad de muestras tomadas fue inferior a la requerida en la legislación.

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El informe señala que es preocupante que la concentración de aluminio residual fue superior al límite máximo establecido en Tres Ríos, Guadalupe y Guatuso de Patarrá, debido al control de la adición de sulfato de aluminio que se utiliza para tratar la turbiedad del agua.

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En Escazú se encontró no conformidad en la desinfección al no contar con cloración en algunos sectores; y en Jericó se incumplen los parámetros de color aparente y hierro.