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No solo Chaves tiene una menor de edad

Marilyn Batista Márquez [email protected] | Lunes 18 abril, 2022


He leído numerosos comentarios en Facebook acerca de los improperios lanzados al presidente electo de Costa Rica, cuando se acercó -como candidato a presidente- a un restaurante josefino junto a su esposa e hija, hace un par de semanas.

Acción similar también fue dirigida al excandidato presidencial José María Figueres, -hace meses atrás- cuando se encontraba en los pasillos de un mercado y fue apabullado por algunas mujeres.

La primera diferencia fue la consigna; a Chaves le gritaron “¡Misógino”! ¡” Acosador!” y a Figueres “¡Corrupto!”

La segunda diferencia es la que me cuesta comprender, porque un grupo de “antifeministas” (no “antiviolencia”), argumentan que por la investidura del ahora presidente electo, y porque iba acompañado de su esposa e hija menor de edad, ese acto debió ser condenado por el Instituto Nacional de las Mujeres, INAMU y, entre muchos otros agravios hacia la Ministra de esa institución -peores que los emitidos hacia los dos candidatos a la presidencia en la última ronda-, le hacen un reclamo plagado de irreverencia y lleno de odio.

En resumen, el enjambre de comentarios reclama “igualdad para los hombres”, “detener el acoso público hacia los hombres”, “respeto al varón” y “muerte a las feminazis”.

Se une al extenso cúmulo de opiniones un comentario -excelsamente redactado- que llama “minúsculo clan tribal más parecido a la época prehistórica” y “Tiamat babilónica”, a las mujeres que osaron lanzar este tipo de impetuosidades y arrogancias al presidente electo.

Coincido con los comentarios respetuosos que condenan la agresión, porque creo en el principio de que todos los actos de violencia -incluyendo la verbal- generalmente desencadenan resultados negativos, y no aportan a la sana convivencia.

Me solidarizo con el dolor, temor e incomodidad por la que atravesó el presidente electo y su esposa. Estoy segura de que como padre responsable y amoroso que parece ser, le dio el consuelo oportuno y adecuado a la pequeña. Ningún niño o niña merece vivir el tormento de presenciar agresión hacia su progenitor.

Sin embargo, no comprendo cómo la gran mayoría del grupo que se ha ofendido y exasperado por este agravio, no han actuado con la misma vehemencia con las mujeres acosadas sexualmente, lo cual me hace referirme a las palabras inmortales de Antoine de Saint-Exupéry: “…Solo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”.

¿Qué es lo esencial?, ¿prohibir que se le grite “acosador” a un candidato a presidente, que ha sido denunciado y sancionado por “conducta inapropiada”?

¿Qué es lo esencial?, ¿acusar a las mujeres de acoso callejero, porque fueron irreverente con el candidato a presidente?

¿Qué es lo esencial?, ¿pedirle a la ministra del INAMU que fustigue a las “delincuentes” que enlodaron la imagen del presidente electo, delante de su familia?

¿Qué es lo esencial?, ¿apoyar que un acto de desdén sea comparado y magnificado como un delito?

Para mí, esto es lo esencial: no se puede comparar los gritos de insulto de varias ciudadanas dirigidos a un candidato a presidente, con la situación de acoso, secuestro, violación y muerte de mujeres en nuestro país.

Desde el 2007, datos del Observatorio de Género del Poder Judicial informan de 400 mujeres víctimas de femicidio, cifra que podría aumentar porque hay 51 casos pendientes de investigación.

Como consecuencia de estas muertes, 380 menores de edad quedaron huérfanos, producto de la violencia machista.

¡Colapsemos las redes sociales con comentarios de indignación por las muertes de estas mujeres!

¡Exijamos que los femicidios no queden impunes!

¡Oremos por las niñas y los niños que les arrebataron a sus madres!

A los y las costarricenses eufóricos por el presunto terrible agravio causado al ahora presidente electo, les digo respetuosamente: no solo Chaves tiene una menor de edad.

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