Odir Jacques está libre: ¿quién lo firma?
Gaetano Pandolfo [email protected] | Jueves 19 diciembre, 2024
Odir Jacques como director técnico fue pentacampeón con el Herediano. En las vitrinas del histórico club rojiamarillo están las Copas de las temporadas: 1978, 1981, 1985, 2012 y 2015.
No fueron títulos logrados en la prehistoria, el último, Odir se lo dio al Team hace solo nueve temporadas. Para esa campaña, firmó su contrato con el club en una servilleta y dicen las malas lenguas que algunos dirigentes de entonces, le “amarraron el perro”.
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Nos topamos a menudo con el jovial técnico en los pasillos de Plaza Mayor y con 78 años de edad, luce sonriente, alegre, picante, al día en temas de fútbol y con una presencia física envidiable. Nos cuenta que está enseñando a jugar fútbol a niños de escasos recursos en la zona de Colima de Tibás.
No somos agentes ni promotores de técnicos y jugadores, pero desde que don Odir dejó de dirigir, nos ha extrañado cómo dirigentes de tantos equipos nacionales lo ignoran o no se acuerdan de su historia repleto de éxitos. Cinco títulos con Saprissa como jugador; cinco coronas con el Team como técnico; un título como entrenador del Alajuelense.
Esas canas de Odir Jacques valen oro; su lectura de los partidos lo convierten en un estratega excepcional. Cuántos partidos que le vimos, cambiándoles el libreto apenas con 15 minutos de acción, cuando detectaba que la planificación del juego, alguno de sus discípulos no la estaba cumpliendo.
Odir Jacques jamás se esperó al minuto 60 de acción para ordenar el primer cambio en sus equipos, sacramento religioso de la mayoría de entrenadores nacionales. Pareciera que la FIFA los obliga a ordenar el primer cambio en ese exacto minuto.
En muchísimos partidos, Jacques terminaba el primer tiempo con dos o tres variantes de su formación estelar.
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Un dirigente inteligente, visionario, con chispa, ficha a Odir Jacques como entrenador y construye a su lado un cuerpo técnico que lo asista en la parte física, médica, estadística, analítica, dejándole a ese carismático estratega que no pudo con tantos años en nuestro país, aprender a hablar bien el español, únicamente que dirija al equipo. Un cuerpo técnico interdisciplinario prepara al equipo en las prácticas y luego, a la hora de los partidos, se lo entrega a Odir Jacques para que éste lo mueva a su ritmo y sabiduría durante los 90 minutos de acción. Esta receta conduciría al éxito, eso sí, don Odir, no firme contratos en servilletas.